Los dispositivos GPS de verdad, como Mio, Wahoo y Garmin, suelen durar mucho más de un día. La mayoría de tipos también permiten cambiar sus baterías, pero un GPS bien cargado puede durar días. ¿Por qué?
- Tu GPS tiene un procesador mucho menos potente que el de tu smartphone. Piensa que tu actual teléfono tiene un procesador mucho más potente que el primer PC que compraste. Por eso puedes hacer tantas cosas fantásticas, como videollamadas, reproducir vídeos, hacer fotos bonitas... Pero eso tiene un coste. Y no se trata solo del coste del teléfono, sino de un coste energético. Tu GPS (y el procesador que lo acompaña) se ha elegido para hacer lo que tiene que hacer: navegar. Por otro lado, aunque un GPS no sea tan multifuncional ni tenga tanta potencia, también es mucho más eficiente energéticamente.
- Tu GPS tiene una pantalla que consume mucha menos energía que la de tu smartphone. Por eso tu smartphone tiene unos colores mucho más bonitos. Algunos dispositivos GPS tienen incluso una pantalla pasiva.
- El escaneo de frecuencias para saber qué satélites emiten una señal también requiere mucha energía. Por eso, un gran número de dispositivos GPS disponen de una carta de referencia de frecuencia que depende de tu posición y de la hora. Esto significa que esa carta sabe, en función de tus coordenadas LAT y LONG en un momento determinado, qué satélites son «visibles» para tu GPS. Como resultado, no necesitas comprobar las frecuencias de los satélites que no son visibles, lo que ahorra algo de energía. Sin embargo, ese truco también se puede aplicar a tu smartphone,
así que tampoco cuenta mucho.